‘Estamos ahora en la vil ruina’: la historia de cómo se secó el municipio de Viesca

¿Qué le espera a los demás municipios de Coahuila?

Claudia Landeros / El Sol de La Laguna

  · domingo 30 de junio de 2024

Foto: José Vázquez / El Sol de La Laguna

Viesca, Coahuila.- A Manuel Lastra le tocó ver el ocaso de su pueblo, cómo lentamente se iban extinguiendo los manantiales de agua hasta quedar todo convertido en un páramo. En menos de 15 años los niveles del acuífero y las lagunas de Viesca disminuyeron drásticamente; de ser un vergel con abundante agua subterránea, tierras productivas, flora y fauna, se convirtió en el desierto que es ahora. Otros municipios coahuilenses se encuentran ante la posibilidad de un futuro similar.

“Me tocó ver el ocaso de mi pueblo, tengo 74 años y conocí todavía algunos manantiales como El Túnel, Ojo Azul; el de Juan Guerra si ya no me tocó, pero después de que se acabó, seguían esos otros, como en 1957 y 1958 todavía tenían agua, escurrían en una cueva. Parte de mi vida fue también en la acequia que había en la hacienda, mi abuelo estaba encargado de esa propiedad”, recuerda Manuel Lastra, cronista del Pueblo Mágico de Viesca.

Foto: José Vázquez / El Sol de La Laguna

Dijo que por esa acequia pasaba mucha agua día y noche; todo era más bonito, había muchos árboles, carrizales, pero todo se fue acabando con la construcción de las presas; también se hicieron muchas perforaciones en una zona que se llama Laguna Seca y sacaban el agua a grandes depósitos.

Foto: José Vázquez / El Sol de La Laguna

Cuando se extinguieron los manantiales en Viesca entre 1953 y 1954, el pueblo comenzó a sufrir la escasez del agua; gran parte de la población comenzó a emigrar a ciudades grandes como la capital del país, Monterrey y Guadalajara. También repercutió en las actividades agropecuarias, ocasionando también que muchos pobladores abandonaran los pueblos cercanos para emigrar a otros lugares como Ciudad Juárez, Chihuahua y Estados Unidos de Norteamérica.

Actualmente la población joven que aún vive en los ejidos de este municipio, sale a trabajar a las maquiladoras de la ciudad de Torreón; aún hay algunos productores que encuentran la forma de sobrevivir aunque no sostienen ya de la actividad, sino que tienen que buscar alternativas.

SOLO VIVEN EN EL RECUERDO

Los manantiales que antiguamente emanaban abundantes y se desperdiciaban en una gran ciénaga empezaron a disminuir en 1947 para luego extinguirse; cuatro años después de que el río Aguanaval empezó a ser regulado en la parte alta de la cuenca y se incrementó la perforación de pozos profundos en el área que ocupa el macizo de Jimulco.

Durante los siglos xix y xx, terratenientes se apropiaron de grandes extensiones de tierra en la región para fines agrícolas; el río Aguanaval fue regulado por presas del estado de Zacatecas, lo que provocó la desaparición de la laguna, su ecosistema y disminuyó notablemente la recarga de los mantos acuíferos. Actualmente es prácticamente un desierto en el que pocas veces tiene agua.

“Aquí desembocaba el río Aguanaval en la extinta laguna de Parras, posteriormente de Viesca; se recargaban los acuíferos, se rompió el círculo de lo lógico, había agua y llovía mucho; recuerdo cuando era niño como seguido había unos aguacerazos”.

El cronista del pueblo recuerda que todavía en los años sesenta se sembraba mucho algodón, había nogaleras y cultivos: “Se regaban con chorro de 12 pulgadas de agua, había muchas norias también con suficiente agua, así se fue acabando todo. Pero era todo muy bonito, un vergel y muy bonito nuestro pueblo pero nada es eterno”.

Foto: José Vázquez / El Sol de La Laguna

Don Isabel Machado, habitante del pueblo, recuerda todavía cómo llegaba y se bañaba en los ojos de agua, le llegaba al hombro porque era solo una pequeña de unos 5 o 6 años; recuerda también con nostalgia que Viesca era un pueblo muy rico.

“Era una cosa bonita, venía gente de todo el mundo, de todo México; Viesca no estaba como ahorita, teníamos agua propia, todos teníamos ganado, mi padre tenía vacas, caballos, chivas y estaban los pastizales así grandes cuando yo iba con mi chiva, aún me acuerdo porque trabajaba desde chavillo”.

Dijo que es necesario que se cuide al pueblo no como se hizo antes; había muchos recursos naturales y actividades económicas desde la del campo, hasta las fábricas y demás empleos que se generaban y considera que hoy, hay muy poco por hacer.

“Allá en Juan Guerra había una acequia y tenía álamos, se juntaban y uno se bañaba abajo; bonito Viesca, cosa bonita era antes. Había mucha siembra, mucho trabajo, la fábrica de sal, la que hacía los postes, pero ya les digo, Viesca no estaba así y estamos ahora en la vil ruina”, concluyó.

¿CUÁL ES LA SITUACIÓN ACTUAL DEL AGUA EN VIESCA?

Lo más grave, es la ausencia de fuentes de agua con calidad potable para los pueblos que ocupan la parte nororiental del acuífero principal de La Laguna como es el caso de Viesca, que para cubrir sus necesidades, hace años tenían que surtirse de agua desde un pozo profundo que se encuentra aproximadamente a 15 kilómetros de distancia;

Actualmente, a Viesca se le abastece de agua para uso público urbano a través de uno de los 6 organismos operadores de agua potable en la región Lagunera de Coahuila. Para el 2022 las fuentes de agua de este tipo eran un total de 186 pozos profundos activos y 11 pozos inactivos, la mayoría localizados en el área del acuífero principal; de éstos, 24 pozos activos y 2 inactivos, pertenecían al SIMAS Torreón-Matamoros-Viesca.

El investigador, Carlos Cháirez, explicó que al extinguirse los manantiales en 1953, el estado realizó la perforación de una batería de ocho pozos profundos en el área de la sierra de Santa Ana; en 2002, cinco de los ocho perforados se agotaron debido a la creciente profundidad que presenta el nivel estático en esta zona.

Pero la escasez de agua potable no es únicamente en la región de Viesca, sino que también se extendió hasta San Pedro de las Colonias; para mitigarlo, le solicitó al municipio de Viesca, la autorización para perforar cuatro pozos profundos para uso doméstico, en el área que ocupaban los antiguos manantiales.

“Ahorita están haciendo una nueva perforación en un lugar donde se encontró agua, no sé la profundidad pero se encontró y habría también qué esperar a que se haga el aforo para ver si no se abate y saber cuánta agua podría proveer”, comentó Manuel Lastra.

Dijo que en Viesca se tiene el mismo problema con el agua y entre mayor población exista, más demanda y menos abasto.

Sin embargo, el alcalde Hilario Escobedo, declaró hace unos días que con este nuevo pozo ubicado en el norte del municipio, se podrá dar atención a la demanda de abasto que por años ha tenido el pueblo e incluso en algunas comunidades ejidales aledañas.

Foto: José Vázquez / El Sol de La Laguna

¿QUÉ LE ESPERA A OTROS MUNICIPIOS DE COAHUILA?

Carlos Cháirez considera que la falta de fuentes de agua potable en la región nororiental del acuífero principal, pudieran tener el mismo futuro; lo que le depara a la zona de la región Lagunera donde se encuentran Torreón, en el estado de Coahuila o Gómez Palacio y Lerdo en Durango, y que representan los centros económicos más importantes de la Comarca, es la posibilidad de que esta situación se extienda hasta estos municipios.

Entre los estudiosos y defensores del tema del agua, existe la preocupación de que el resto de la región Lagunera y otros municipios coahuilenses puedan enfrentarse a la misma situación, lo que resulta probable, ante la baja recarga del acuífero en la cuenca alta del río Nazas y la excesiva extracción que se realiza para diferentes actividades.

También en Cuatro Ciénegas las pozas y humedales del valle se están secando; incluso El Churince, es uno de los humedales de este Pueblo Mágico de Coahuila que ya se secó, pero en la actualidad otros cuerpos de agua siguen disminuyendo sus volúmenes de agua poco a poco desde hace aproximadamente 14 o 15 años, ante misma situación que se ha planteado.

Foto: José Vázquez / El Sol de La Laguna

Una situación crítica está viviendo también Parras de la Fuente, en donde ha disminuido hasta en un 60 por ciento el caudal de agua que brota de los manantiales. Aquí se ha señalado también la sobreexplotación de los tres acuíferos que surten de agua para uso agrícola y doméstico, lo que consideran que ha carecido de control por parte de las autoridades y que provoca que cada vez cuenten con menos agua en el municipio.

“La intervención humana sobre los ríos y el acuífero posibilitó convertir a La Laguna en un emporio agrícola y ganadero desde hace muchos años, en un región próspera económicamente que sustentaría a más de un millón y medio de habitantes; la manera en la que esto se ha hecho, ha tenido consecuencias ambientales y sociales que vale la pena revisar”, dijo Gerardo Jiménez González, del Encuentro Ciudadano Lagunero.

Dijo que en ambos casos (Parras y Cuatrociénegas) se enfrenta un problema similar a La Laguna, la sobreexplotación de los acuíferos. En Parras han crecido las superficies de cultivos como nogal, forrajes y se ha incrementado la demanda de agua para uso urbano doméstico por los desarrollos inmobiliarios y el turismo, presionando la disponibilidad de agua en los acuíferos, aunado al conflicto que tienen este municipio y General Cepeda con Saltillo por el acuífero Saltillo-Sur.

Foto: José Vázquez / El Sol de La Laguna

El caso de Cuatro Ciénegas es complejo, Jiménez González explicó que el acuífero que está en el subsuelo de ese valle, está conectado con los acuíferos de La Calavera (Ocampo) y El Hundido; durante los últimos años se expandió la superficie de forrajes, principalmente alfalfa, provocando el abatimiento del agua del subsuelo y la pérdida de una gran parte de las pozas que existen; esto además afecta el hábitat en el que viven especies endémicas, particularmente, amenazando aquellas donde se encuentran los estromatolitos, asociados al origen de la vida.

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EL ACUÍFERO SE ACABA Y LA REGIÓN EN RIESGO

El acuífero principal de la región Lagunera de Coahuila, es la fuente más importante de agua para uso público urbano; es un acuífero sobreexplotado, con abatimientos principalmente en la zona metropolitana, situación que pone en riesgo el suministro futuro de agua para uso público. Por ser extraída de estratos cada vez más profundos, el agua proveniente de éste cada vez resulta de menor calidad, más antigua y salina, según la norma oficial.

Foto: José Vázquez / El Sol de La Laguna

Cháirez Araiza considera que el agua subterránea del acuífero principal se encuentra monopolizada por un puñado de concesionarios, insensibles a los desabastos de agua para consumo doméstico que se presentan en las principales ciudades de la región Lagunera, mientras los gobiernos municipales tienen que buscar la manera de abastecer la ciudadanía y lo hacen perforando nuevos pozos sin dar cabal cumplimiento a la disposición y saneamiento de agua para consumo personal y doméstico en forma suficiente, salubre, aceptable y asequible, dispuesta por Decreto presidencial.

El uso agrícola y toda la extracción sin medida han sido parte de la problemática de toda la región. “El río Nazas al igual que el río Aguanaval empezó a ser regulado después de la primer mitad de la década de los años cuarenta y por consiguiente, de forma similar, sus aportes superficiales y subsuperficiales al acuífero principal, empezaron a verse disminuidos, tanto por la construcción de la presa Lázaro Cárdenas como por el aumento en la perforación de pozos profundos en la parte media y baja de la cuenca del río Nazas. De 1960 a 1972 se construyó la presa Francisco Zarco como parte de una rehabilitación del Distrito de Riego 017, para almacenar los aproximadamente 90 millones de metros cúbicos que aún drenaban al acuífero principal; provenían de los escurrimientos de la parte media de la cuenca del río Nazas. Fue en 1990 que se construyó la hidroeléctrica de Villa Juárez, en el acuífero de esa comunidad a la margen derecha del río Nazas; para mantenerse en funcionamiento, requiere del agua que le proporcionan 12 pozos profundos localizados en el acuífero de Villa Juárez, muy próximo al principal. Esta circunstancia provocó la extinción de grandes esteros que se formaban en el cauce del río Nazas, a la altura de los pueblos de León Guzmán y Villa Juárez; y la desaparición total del agua subálvea a la altura de la presa San Fernando, que fue la causa de la la muerte de una gran cantidad de árboles del Parque Nacional Raymundo.

En la actualidad se concesionan mayores volúmenes que lo que logra recargar el acuífero, pero también que se extrae más líquido del que realmente se encuentra concesionado y la sobreexplotación del acuífero está generando consecuencias graves en los diferentes municipios de Coahuila.