Torreón, Coahuila.- Ahora de 53 años de edad, Juan Manuel Rodríguez García tenía apenas unos meses de nacido cuando su padre falleció, de manera que no tiene ningún recuerdo de él y sin embargo, desde muy pequeño, nunca ha dejado de visitar su tumba por lo menos una vez al año, siempre dentro del marco de la celebración del Día de Muertos, ocasión que siempre vive junto con su familia como un momento de cercano reencuentro en el que no faltan las añoranzas, los rezos y la música norteña que en vida mucho disfrutó el difunto.
Se mantiene así fiel a la tradición que siempre inculcó a él a sus hermanos su madre, doña Josefina García, cuyos restos descansan desde hace tres años en el mismo sepulcro de su padre Juan Manuel Rodríguez Salazar, en el panteón municipal número uno, el más antiguo de la ciudad que, al igual que los demás, volvió a llenarse con el colorido de las ofrendas florales y el bullicio de los miles de visitantes que en esta fecha acuden a honrar la memoria de sus seres queridos.
Es así como vuelve a ponerse de manifiesto la plena vigencia de la fiesta de los muertos, parte de las tradiciones de mayor arraigo en la cultura mexicana que en el caso de los cementerios de esta y otras regiones se vive como todo un acontecimiento en el que el llanto y las risas se mezclan cuando se trata de recordar a los que ya no están.
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Así, una vez más todo transcurre dentro de un ambiente que pese al duelo por pérdidas pasadas, no deja de ser finalmente festivo, y en el que de manera imprescindible se hacen presentes los vendedores de flores, cañas de azúcar, diversidad de alimentos y bebidas. Tampoco pueden faltar otros quienes encuentran en esta fecha una oportunidad para llevar un recurso extraordinario a sus hogares, como son los pintores, aguadores y músicos que siempre encuentran una buena demanda a sus productos y servicios.
En cuanto a precios, la gente tuvo la oportunidad de escoger, de acuerdo con sus gustos y posibilidades, de entre una variedad de flores que se comercializan a razón de entre 30 y 50 pesos el ramo, mientras que entre los acarreadores del agua hay quienes piden una cooperación voluntaria y otros que solicitan hasta 15 pesos por cubera.
En el caso de la música, a quienes acostumbran dedicar algunas melodías a sus difuntos no les importó pagar 40 pesos por pieza o sujetarse a la promoción de cuatro por 100 pesos que ofertaban conjuntos norteños y tríos que recorren el camposanto en busca de clientes.
Librado Acosta Antúnez, administrador de los dos panteones municipales que hay en la ciudad, estimó que en el transcurso del día habrían de confluir en estos espacios por lo menos unos cinco mil visitantes, en una jornada que dijo, se ha desarrollado de manera ordenada y con tranquilidad, sin incidencias de consideración, salvo un momentáneo desabasto de agua que pronto fue solucionado con el respaldo de los bomberos que abastecieron los depósitos mediante un camión pipa.
Tampoco ha habido emergencias mayores, salvo una decena de casos de descompensación de adultos mayores que tuvieron que recibir primeros auxilios pero que no ameritaron atención hospitalaria, en tanto que personal de Protección Civil, Cruz Roja, Bomberos, Seguridad Pública y Vialidad se han mantenido a la expectativa en labores de prevención y dispuestos a la atención oportuna de posibles incidentes.