Durante la actual administración estatal se incrementó de 20 a 34 la cantidad de zonas naturales protegidas con las que se cuenta en Coahuila, amplios territorios donde se realizan diversas acciones estratégicas con la finalidad de mantener a salvo los recursos naturales y la biodiversidad, destacó la titular de la Secretaría de Medio Ambiente en la entidad, Eglantina Canales Gutiérrez, quien por otra parte se refirió como un gran reto por atender al problema que representa el ganado vacuno como una de las principales fuentes generadoras de gases de efecto invernadero.
La funcionaria asegura que, a unas semanas de que concluya la administración, se puede afirmar que la dependencia a su cargo cumplió de manera satisfactoria con un plan de trabajo estatal que estuvo dividido en dos grandes vertientes, las correspondientes a Recursos Naturales y Gestión Ambiental, en las que se alcanzaron importantes avances.
A manera de ejemplo refirió que las empresas obligadas con el estado en materia de gestión ambiental incrementaron mucho su cumplimiento, y eso favoreció una mejor información, mientras que en lo relacionado con recursos naturales se cumplió con los programas convencionales de reforestación, prevención de incendios y especialmente se logró un gran aumento en la superficie protegida del estado.
“Hay ahora 34 zonas protegidas, y todas requieren especial atención, por eso se protegieron, y esto mejora la demanda internacional, que es conectividad y el incremento de la superficie”, comentó.
Se trata de zonas de conservación distribuidas en los corredores identificados como Norte-Sur, que va de Maderas del Carmen a la Sierra de Arteaga, y Oriente-Poniente, desde Jimulco hasta Arteaga. Son dos cadenas montañosas muy conocidas con sus valles intermedios, y adicionalmente está el corredor que conecta a Cuatro Ciénegas y Mapimí.
Canales Gutiérrez explica que las 14 nuevas zonas naturales protegidas incluyen algunas de La Laguna, donde hay lugares de gran interés, entre estos uno en Viesca que debe ser reconocido por su espectacular biodiversidad en el ejido Tomás Garrido, desde donde hay conexión con la región de Jimulco; y otro está ubicado en Bilbao, en un sector amplio que va más allá de las Dunas en un valle cubierto por matorral de mezquites, igualmente con mucha riqueza natural.
Por otra parte, la funcionaria reconoce que en lo local hay mucho trabajo por hacer para mitigar las emisiones de gases de efecto invernadero causantes del cambio climático, y que no solo se originan en la industria, sino que también provienen de manera importante de las heces de las reses que sustentan la producción lechera y de carne.
Aclara que en ese caso aún no existe una regulación que de hecho no dependería de disposiciones legales locales y ni siquiera de nivel federal, sino que tendrían que sustentarse en criterios internacionales, en tanto que lo que en términos llanos lo que debería hacerse para remediar la situación sería disminuir el hato ganadero, lo cual implicaría buscar un equilibrio entre las cuestiones propias de la economía y la parte del medio ambiente.
Retos como este, agregó, deben ser considerados dentro del Programa de Cambio Climático Municipal que actualmente está en proceso de construcción en Torreón.