/ lunes 31 de mayo de 2021

Cuatroté abandona 149 hospitales sin concluir

Tras hacer un diagnóstico, el Insabi suspendió obras en 19 entidades del país; se concluyeron 72 centros de salud y otros 106 se están remodelando

Para atender a la comunidad de San Agustín Loxicha en Oaxaca, integrada por más de 17 mil habitantes, en 2006 se comenzó a construir un hospital con tres consultorios de medicina familiar, uno de odontología y otro de ginecología, además de medicina preventiva. La idea era que contara con servicios de laboratorio, imagenología, cirugía, urgencias, servicios generales, 12 camas para hospitalización, un área blanca y una planta de tratamiento de aguas residuales, pero todo eso quedó en una ilusión.

Hoy, 15 años después, lo único que tiene esa comunidad ubicada a 180 kilómetros de la capital oaxaqueña es el cascarón abandonado de lo que sería el Hospital de San Agustín Loxicha. Y oficialmente este “elefante blanco” seguirá inconcluso.

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Para terminar de equipar sus instalaciones y recuperar lo que el pillaje y el paso del tiempo saqueó y deterioró, el Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi) requiere invertir un millón 800 mil pesos de los 16.2 millones del costo total, pero el actual Gobierno federal decidió suspender la obra.

Este centro de salud inacabado es uno de los 327 que el presidente Andrés Manuel López Obrador denominó como “cementerio de obras” abandonadas en sexenios pasados: 217 clínicas y 110 hospitales.

El secretario de Salud, Jorge Alcocer, ha calificado a esos hospitales abandonados como “escandalosos monumentos de la incompetencia, la corrupción y tráfico de influencias”.

Tras hacer un diagnóstico, el Insabi decidió suspender la conclusión de 149 de los 327 centros de salud públicos en 19 entidades del país, señala su informe anual al que tuvo acceso El Sol de México.

Significa que 45 por ciento de esos elefantes blancos no se terminarán sin que el documento detalle las razones de la decisión.

Hasta ahora sólo se concluyeron 72 con una inversión de más de cuatro mil 214 millones de pesos. Otros 106 están en proceso de remodelación, construcción o equipamiento.

Concluir las 149 obras requeriría una inversión adicional de seis mil 502.1 millones de pesos.

En julio de 2018, el entonces presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, se comprometió a recuperar 50 hospitales y anunció una inversión de diez mil millones de pesos para tal propósito.

A mitad de 2019, el mandatario acusó que la corrupción, la falta de presupuesto y de interés de gobiernos del pasado hizo que se inauguraran centros de salud sin haberse concluido. “Afuera tiene una fachada, es una escenografía, como si estuviese terminado, pero adentro es obra negra”, dijo.

De las 149 obras suspendidas, 42 son hospitales y 107 clínicas, entre ellas la ubicada en Loxicha.

Álvaro Sebastián Ramírez, representante de la comunidad de Loma Bonita, dijo que hace poco más de un mes acudió al lugar un hombre en representación de la Secretaría de Salud de la entidad. Tomó imágenes y nota de las condiciones del Hospital de San Agustín Loxicha.

“Sólo nos dijo que iban a hacer el estudio para saber qué va a pasar. No hubo una respuesta positiva. Lo que queremos saber es si va a funcionar o no. Él nos dijo que lo veía difícil, pero iba a ver qué se podía hacer”, señaló Ramírez.

INAUGURARON CASCARONES

Oaxaca está a la cabeza con el mayor número de centros de salud suspendidos por el Insabi, con 55 sedes que seguirán en el abandono. Le siguen Jalisco con 25 y Veracruz con 23.

El resto se reparte entre Baja California, Campeche, Chiapas, Chihuahua, Ciudad de México, Estado de México, Guerrero, Michoacán, Nayarit, Querétaro, San Luis Potosí, Sinaloa, Sonora, Tabasco, Tamaulipas y Yucatán.

Entre los inmuebles que seguirán sin conclusión hay nueve que están bastante avanzados y la inversión que se requiere para terminarlos es menor a 15 por ciento del costo del proyecto.

Es el caso del Hospital de Arandas, Jalisco (al que le falta cinco por ciento); el de Especialidades del Niño y la Mujer Doctor Felipe Núñez Lara, en Querétaro (nueve por ciento); el de Oncología en Ciudad Juárez, Chihuahua (15 por ciento); el San Francisco en Bahía de Banderas, Nayarit (15 por ciento), y el Básico Comunitario de Santa María Chilchotla, en Oaxaca (15 por ciento).

El inmueble con mayor rezago y que fue abandonado por el Insabi es el Hospital Materno Infantil de Cuajimalpa, que tenía sólo cuatro por ciento de avance.

“INFAMIAS PROPAGANDÍSTICAS”

Antonio Lazcano, integrante de la Comisión Universitaria para la Atención de la Emergencia Coronavirus de la UNAM, aseguró que llevamos muchos años, décadas, “donde una de las mayores infamias propagandísticas es ofrecer, sobre todo en comunidades remotas, alejadas, servicios hospitalarios con inauguraciones donde llegan el Presidente y el gobernador en turno, y al final no se cumplen”.

Explicó que “al problema de la corrupción y el uso infame de las inauguraciones como propaganda política que vemos en el PRI, PAN, Morena y PRD, hay que agregar el hueco que se va quedando en la salud pública”.

Se trata de ofertas por cumplir y necesidades por satisfacer, agrega. “En lugar de obras absolutamente debatibles como la refinería de Dos Bocas o el Tren Maya, hay problemas claramente definidos que hay que atender”, dijo Lazcano, miembro también del Colegio Nacional.

Hasta la administración del priista Enrique Peña Nieto, era la Comisión Nacional de Protección Social en Salud la encargada de transferir recursos a las 32 entidades federativas para realizar los procesos de contratación y ejecución de obras.

A partir de su creación en el actual Gobierno, el Insabi se encarga ahora de coordinar la rehabilitación, mantenimiento y construcción de establecimientos de salud en el país.

Para atender a la comunidad de San Agustín Loxicha en Oaxaca, integrada por más de 17 mil habitantes, en 2006 se comenzó a construir un hospital con tres consultorios de medicina familiar, uno de odontología y otro de ginecología, además de medicina preventiva. La idea era que contara con servicios de laboratorio, imagenología, cirugía, urgencias, servicios generales, 12 camas para hospitalización, un área blanca y una planta de tratamiento de aguas residuales, pero todo eso quedó en una ilusión.

Hoy, 15 años después, lo único que tiene esa comunidad ubicada a 180 kilómetros de la capital oaxaqueña es el cascarón abandonado de lo que sería el Hospital de San Agustín Loxicha. Y oficialmente este “elefante blanco” seguirá inconcluso.

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Para terminar de equipar sus instalaciones y recuperar lo que el pillaje y el paso del tiempo saqueó y deterioró, el Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi) requiere invertir un millón 800 mil pesos de los 16.2 millones del costo total, pero el actual Gobierno federal decidió suspender la obra.

Este centro de salud inacabado es uno de los 327 que el presidente Andrés Manuel López Obrador denominó como “cementerio de obras” abandonadas en sexenios pasados: 217 clínicas y 110 hospitales.

El secretario de Salud, Jorge Alcocer, ha calificado a esos hospitales abandonados como “escandalosos monumentos de la incompetencia, la corrupción y tráfico de influencias”.

Tras hacer un diagnóstico, el Insabi decidió suspender la conclusión de 149 de los 327 centros de salud públicos en 19 entidades del país, señala su informe anual al que tuvo acceso El Sol de México.

Significa que 45 por ciento de esos elefantes blancos no se terminarán sin que el documento detalle las razones de la decisión.

Hasta ahora sólo se concluyeron 72 con una inversión de más de cuatro mil 214 millones de pesos. Otros 106 están en proceso de remodelación, construcción o equipamiento.

Concluir las 149 obras requeriría una inversión adicional de seis mil 502.1 millones de pesos.

En julio de 2018, el entonces presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, se comprometió a recuperar 50 hospitales y anunció una inversión de diez mil millones de pesos para tal propósito.

A mitad de 2019, el mandatario acusó que la corrupción, la falta de presupuesto y de interés de gobiernos del pasado hizo que se inauguraran centros de salud sin haberse concluido. “Afuera tiene una fachada, es una escenografía, como si estuviese terminado, pero adentro es obra negra”, dijo.

De las 149 obras suspendidas, 42 son hospitales y 107 clínicas, entre ellas la ubicada en Loxicha.

Álvaro Sebastián Ramírez, representante de la comunidad de Loma Bonita, dijo que hace poco más de un mes acudió al lugar un hombre en representación de la Secretaría de Salud de la entidad. Tomó imágenes y nota de las condiciones del Hospital de San Agustín Loxicha.

“Sólo nos dijo que iban a hacer el estudio para saber qué va a pasar. No hubo una respuesta positiva. Lo que queremos saber es si va a funcionar o no. Él nos dijo que lo veía difícil, pero iba a ver qué se podía hacer”, señaló Ramírez.

INAUGURARON CASCARONES

Oaxaca está a la cabeza con el mayor número de centros de salud suspendidos por el Insabi, con 55 sedes que seguirán en el abandono. Le siguen Jalisco con 25 y Veracruz con 23.

El resto se reparte entre Baja California, Campeche, Chiapas, Chihuahua, Ciudad de México, Estado de México, Guerrero, Michoacán, Nayarit, Querétaro, San Luis Potosí, Sinaloa, Sonora, Tabasco, Tamaulipas y Yucatán.

Entre los inmuebles que seguirán sin conclusión hay nueve que están bastante avanzados y la inversión que se requiere para terminarlos es menor a 15 por ciento del costo del proyecto.

Es el caso del Hospital de Arandas, Jalisco (al que le falta cinco por ciento); el de Especialidades del Niño y la Mujer Doctor Felipe Núñez Lara, en Querétaro (nueve por ciento); el de Oncología en Ciudad Juárez, Chihuahua (15 por ciento); el San Francisco en Bahía de Banderas, Nayarit (15 por ciento), y el Básico Comunitario de Santa María Chilchotla, en Oaxaca (15 por ciento).

El inmueble con mayor rezago y que fue abandonado por el Insabi es el Hospital Materno Infantil de Cuajimalpa, que tenía sólo cuatro por ciento de avance.

“INFAMIAS PROPAGANDÍSTICAS”

Antonio Lazcano, integrante de la Comisión Universitaria para la Atención de la Emergencia Coronavirus de la UNAM, aseguró que llevamos muchos años, décadas, “donde una de las mayores infamias propagandísticas es ofrecer, sobre todo en comunidades remotas, alejadas, servicios hospitalarios con inauguraciones donde llegan el Presidente y el gobernador en turno, y al final no se cumplen”.

Explicó que “al problema de la corrupción y el uso infame de las inauguraciones como propaganda política que vemos en el PRI, PAN, Morena y PRD, hay que agregar el hueco que se va quedando en la salud pública”.

Se trata de ofertas por cumplir y necesidades por satisfacer, agrega. “En lugar de obras absolutamente debatibles como la refinería de Dos Bocas o el Tren Maya, hay problemas claramente definidos que hay que atender”, dijo Lazcano, miembro también del Colegio Nacional.

Hasta la administración del priista Enrique Peña Nieto, era la Comisión Nacional de Protección Social en Salud la encargada de transferir recursos a las 32 entidades federativas para realizar los procesos de contratación y ejecución de obras.

A partir de su creación en el actual Gobierno, el Insabi se encarga ahora de coordinar la rehabilitación, mantenimiento y construcción de establecimientos de salud en el país.

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