Ante las 17 mil 700 muertes que ocurren en México relacionadas con la mala calidad de aire, Greenpeace se plantó a un costado de la calzada San Antonio Abad y sobre viaducto Miguel Alemán, en la Ciudad de México, exigiendo al gobierno federal aplicar normas más estrictas y ajustar los valores que sugiere la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Los integrantes de la organización de ambientales colgaron lonas y repartieron información entre los automovilistas y transeúntes dando a conocer lo que está provocando la contaminación.
Además, se realizó una medición a nivel de calle de la concentración de ozono, dióxido de azufre y dióxido de nitrógeno en tiempo real de partículas suspendidas PM 2.5, que alcanzó 83 microgramos en una hora, rebasando así el límite de la OMS y del mismo país, la OMS estipula 50 en 24 horas.
Carlos Samayoa, campañista de Greenpeace, declaró que dicha partícula es una de las más dañinas para la salud humana que pueden provocar bronquitis y reducción en la función pulmonar.
Indicó que si las normas nacionales adoptaran los índices recomendados por la OMS podrían prevenirse las 2 mil 170 muertes prematuras en la Ciudad de México, Monterrey y Guadalajara.