Torreón, Coahuila. – La mañana del pasado 29 de agosto, una persona de la tercera edad acudió al taller Grease Monkey, ubicado sobre el Diagonal Reforma, frente a Abastos, para que le hicieran la afinación a su vehículo.
Por la tarde regresó a recogerlo, pero le entregaron las llaves sobre una fosa mecánica de 3 metros de profundidad, él se subió para sacar el automóvil, pero se percató que la cajuela estaba abierta y al momento de bajarse para cerrarla, se cayó.
El golpe fue tan fuerte, por lo que Juan Arturo Moreno Calderón, de 63 años, le marcó a su hija Laura, para que fuera a auxiliarlo.
“Al momento que llegué mi papá no se podía mover, se pegó en la cabeza y se lesionó la pierna. Lo llevamos al Seguro Social, pero había mucha gente y solo le tomaron la presión, entonces lo llevamos a la Cruz Roja y ahí le hicieron radiografías. El golpe de la cabeza fue muy fuerte”.
Debido a las heridas, tuvo que estar en cama por más de mes y medio, y ahora se le complica caminar.
“Entonces contratamos a un abogado, el cual tenía una cita con los abogados del taller y después de ahí ya no nos contestó, suponemos que se vendió. Mi papá ha estado recuperándose, pero hemos enfrentado grandes gastos en estudios, medicinas, etcétera”.
“Hemos tratado de comunicarnos con el taller para que se hagan responsables de los gastos y nos dijeron que fuéramos a la sucursal de Independencia, con el licenciado Alan, el cual se niega a hacerse responsable de los gastos médicos”.
Laura consideró que es inaceptable que un lugar así no garantice la seguridad de sus clientes, especialmente de aquellos que son más vulnerables.
La culpa es directamente de Grease Monkey por entregar las llaves en una fosa y dejar abierta la cajuela.
“Exigimos que el taller se haga responsable y vamos a llegar hasta las últimas consecuencias”.