En esta calurosa tarde de martes la familia dio el último adiós a Kimberly; colocar su ataúd dentro de un sepulcro en el Panteón Municipal número 1 de Torreón fue el primer paso para dejarla ir. Se va de este mundo pero no del corazón de quienes en vida disfrutaron su presencia y la amaron hasta el último de sus días.
Alrededor de las 17:20 horas, arribó el cuerpo de la joven al Panteón Torreón de la colonia Santiago Ramírez, acompañado por el cortejo fúnebre que encabezaron los hermanos y la madre.
Acudieron alrededor de 30 personas entre familiares y amigos más cercanos, quienes indignados por los hechos que le arrebataron la vida a Kimberly, comentaban entre ellos la necesidad de buscar justicia; entre ellos también se dejó ver y sentir el gran dolor que ocasionó la pérdida.
Pequeños sobrinos y primos de Kasumi, entre lágrimas y gritos no daban crédito a lo que en ese momento estaban presenciado; fueron sin duda los menores los más afectados por el lamentable deceso, al igual que Lorena Sánchez, mamá de Kimberly, quien se encontraba devastada.
Fue un sepelio sencillo, la familia tuvo dificultades para costear los servicios funerarios y del entierro; sin embargo, finalmente recibieron apoyo del municipio para poder sepultarla y pese a no encontrar lugar en el primer panteón al que acudieron, encontraron espacio en este campo santo donde fueron recibidos los familiares para depositar el ataúd con el cuerpo.
Llevaron hasta el pie de su tumba algunos arreglos florales y varios familiares comenzaron a lanzar flores, mientras se hacían a la idea de que éste era el último adiós, que no volverán a ver a su prima, tía, sobrina, hermana o hija.
Abrazados y con lágrimas en los ojos se despidieron de ella, rogando a Dios la recibiera y los ayude a sobrellevar el dolor que implica de hoy en adelante, la ausencia de Kimberly Kasumi en sus vidas.