Saltillo, Coahuila.- La casa de Víctor Manuel estaba en luto desde antes de su muerte este lunes 15 de marzo, cuando fue encontrado desnudo bajo la cama estrangulado por Juan, su hermano con quien vivía en un domicilio sin número de la calle Francisco Arizpe y Ramos, en la colonia La Aurora.

Con el inicio de la cuaresma, en el miércoles de ceniza, el padre de la Parroquia del Sagrado Corazón de Jesús, localizada en dicha colonia les pidió a los feligreses que colocaran listones morados en sus fachadas. El morado en la iglesia católica simboliza el luto por la muerte de Cristo.

Así lo hicieron Víctor y sus dos hermanos, Juan y Karina; en las ventanas colocaron los listones y ramas moradas, además colocaron una cruz de madera que contrastaba con el color naranja de la vivienda.

Los vecinos conocían a Víctor como “el Chino” o “el chef” ya que durante años trabajó como cantinero y cocinero en los bares y cantinas del centro de la ciudad. Siempre de buen humor, alegre y devoto de Cristo, así lo recuerdan.

Según Juan, su hermano estuvo tomando bebidas durante la tarde del pasado domingo, en su cuarto, ni él ni su hermana se dieron cuenta que estaba con alguien, así que no le prestaron importancia a la tarde de copas y llegada la noche se fueron a dormir cada uno en sus respectivas habitaciones.

De acuerdo con las investigaciones por parte de la Fiscalía General del Estado “el chino” y su acompañante comenzaron a discutir durante la madrugada, pero no llegaron a los golpes porque el cuerpo no presentaba huellas de violencia, solo de estrangulamiento.

Una de las versiones es que probablemente fue un crimen pasional, por cómo fue encontrado el cuerpo y por los indicios recabados en el lugar se dice que con quien estaba tenía una relación afectiva, pero discreta, porque presuntamente él era homosexual.

Luego de privarlo de la vida el responsable huyó, dejando la puerta abierta y el cuerpo inerte de su víctima solo cubierto con una sábana blanca; pero no fue hasta la mañana que Juan, poco antes de las siete, se levantó y vio un desorden dentro de la vivienda, pero no le tomó importancia porque pensó que eren los estragos de la velada de su hermano.

Salió a la tienda comprar cosas para que Karina hiciera el almuerzo, cuando estaba listo, alrededor de las nueve de la mañana, llamarón Víctor, pero no respondió, así que Juan se levantó de la mesa y se dirigió a la habitación, encontrando el cadáver.

Fue entonces cuando llamaron al 911, solicitando ayuda. Los primeros en llegar fueron paramédicos de Cruz Roja, quienes confirmaron el deceso y dieron aviso a las autoridades.

En breve la calle ya no solo estaba adornada con los listones morados, sino con la cinta amarilla que prohibía el paso de los automovilistas y de personas ajenas que intentaban saciar su morbo al saber qué había pasado.

La voz se corrió rápido entre los vecinos, quienes asombrados veían que las autoridades entraban al domicilio para tomar conocimiento, entrevistarse con la familia, que devastada, no sabían lo que había pasado.

Cerca de las 10:30 de la mañana las autoridades ordenaron el traslado del cuerpo al Servicio Médico Forense, para realizar la necropsia, por lo que fue ingresado a una carroza fúnebre para llevarlo y continuar con las investigaciones.

Hasta el momento no hay pistas del, o los responsables, por lo que será hasta que concluyan las investigaciones que se determine qué fue lo que pasó y quien es el homicida, para así fincarle responsabilidades a través de un proceso legal.