/ domingo 6 de octubre de 2024

La muerte en vida tras la desaparición de una hija: la historia de María Guadalupe

Renunció a su trabajo y perdió su salud desde que no está Jovanna Dibanhi

Torreón, Coahuila. – De la salud y la felicidad a las enfermedades y la depresión pasó María Guadalupe Pérez Ayala tras la desaparición de su hija, situación que la llevó también a renunciar su trabajo para dedicarse a luchar por saber la verdad y que se haga justicia.

Tiene 46 años de edad, pero lleva más de 3 años buscando a Jovanna Dibanhi Aguilar Pérez, quien fue vista por última vez el 25 de junio del 2021 en un domicilio en la calle Brasilia del fraccionamiento Latinoamericano, el cual habitaba con su novio Christian “N”, con quien llevaba 8 meses de relación.

Él fue detenido en mayo del 2022 como principal sospechoso e internado en el Cereso de Torreón, pero se niega a hablar.

Desde entonces la vida de la madre lagunera se ha venido deteriorando, pues para ella ya no tiene sentido.

“Trabajaba de inspectora de calidad en VF que es una empresa que se ubica por el periférico enfrente de Seguridad Pública, pero desde que me desaparecieron a mi hija yo ya no trabajé. También he trabajado desde mis 18 años en diferentes empresas como Cableados del Norte, Wrangler, Takata, y está última VF. Hoy me dedico a buscar a mi hija y a exigir a las autoridades su regreso”.

Respecto a Christian “N”, comentó que desde que lo conoció tuvo un mal presentimiento, pues se percató que estaba enamorando con engaños a Jovanna Dibanhi.

Y es que duraron un mes de novios antes de irse e vivir juntos, lo que elevó aún más las sospechas.

La pareja le mintió al decirle que tenía una agencia de edecanes y que era soltero, cuando no tenía ningún negocio y estaba casado.

María Guadalupe lleva 3 años luchando por la verdad y la justicia. / Foto: Alberto Triana / El Sol de La Laguna

“La engañó totalmente, pues también le prometió que se iban a casar, lo cual nunca pasó y que su familia estaba en Estados Unidos, pero su mamá y papá si viven aquí en Torreón”.

Pese a tenerlo asegurado al interior del Cereso y que se han llevado a cabo 16 audiencias, no hay justicia para la joven que desapareció cuando tenía 22 años de edad.

“Nada. El caso está estancado. Ni la encuentran, ni hay sentencia”.

Por todo lo anterior y más, padece hipertensión, insomnio, angustia, estrés, ansiedad y un cuadro muy fuerte de depresión, que trata de controlar con oración y con medicamentos recetados por el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).

“Es estar muerta en vida. A mi hija le robaron su voz, su sonrisa, su alegría, su libertad y espero en Dios un día poder volver a verla. No es un animal, es un ser humano”.

En su página de Facebook “Dibanhi DE Coahuila”, la madre lagunera todos los días publica casos de desaparecidos incluyendo el de su hija, así como feminicidios, reflexiones y la palabra de Dios.

No hay marcha a la que no asista y levante la voz, no hay convocatoria de colectivos en la que no participe, no hay entrevista que no dé y nunca ha faltado a una audiencia, así es la “vida” ahora de María Guadalupe Pérez Ayala.

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De acuerdo a la ficha de búsqueda de Jovanna Dibanhi, mide 1.67 metros de estatura, es de complexión delgada, tez morena clara, cabello ondulado color castaño oscuro, ojos medianos color café, boca grande, labios medianos y cejas abundantes.

Como seña particular, tiene un tatuaje en el área de las costillas del lado derecho que dice ´HITZANI MAIALEN´.

Dejó una hija, que en ese entonces tenía cuatro años, quien se la pasa preguntando por ella, de quien también está al pendiente su abuela materna.

Torreón, Coahuila. – De la salud y la felicidad a las enfermedades y la depresión pasó María Guadalupe Pérez Ayala tras la desaparición de su hija, situación que la llevó también a renunciar su trabajo para dedicarse a luchar por saber la verdad y que se haga justicia.

Tiene 46 años de edad, pero lleva más de 3 años buscando a Jovanna Dibanhi Aguilar Pérez, quien fue vista por última vez el 25 de junio del 2021 en un domicilio en la calle Brasilia del fraccionamiento Latinoamericano, el cual habitaba con su novio Christian “N”, con quien llevaba 8 meses de relación.

Él fue detenido en mayo del 2022 como principal sospechoso e internado en el Cereso de Torreón, pero se niega a hablar.

Desde entonces la vida de la madre lagunera se ha venido deteriorando, pues para ella ya no tiene sentido.

“Trabajaba de inspectora de calidad en VF que es una empresa que se ubica por el periférico enfrente de Seguridad Pública, pero desde que me desaparecieron a mi hija yo ya no trabajé. También he trabajado desde mis 18 años en diferentes empresas como Cableados del Norte, Wrangler, Takata, y está última VF. Hoy me dedico a buscar a mi hija y a exigir a las autoridades su regreso”.

Respecto a Christian “N”, comentó que desde que lo conoció tuvo un mal presentimiento, pues se percató que estaba enamorando con engaños a Jovanna Dibanhi.

Y es que duraron un mes de novios antes de irse e vivir juntos, lo que elevó aún más las sospechas.

La pareja le mintió al decirle que tenía una agencia de edecanes y que era soltero, cuando no tenía ningún negocio y estaba casado.

María Guadalupe lleva 3 años luchando por la verdad y la justicia. / Foto: Alberto Triana / El Sol de La Laguna

“La engañó totalmente, pues también le prometió que se iban a casar, lo cual nunca pasó y que su familia estaba en Estados Unidos, pero su mamá y papá si viven aquí en Torreón”.

Pese a tenerlo asegurado al interior del Cereso y que se han llevado a cabo 16 audiencias, no hay justicia para la joven que desapareció cuando tenía 22 años de edad.

“Nada. El caso está estancado. Ni la encuentran, ni hay sentencia”.

Por todo lo anterior y más, padece hipertensión, insomnio, angustia, estrés, ansiedad y un cuadro muy fuerte de depresión, que trata de controlar con oración y con medicamentos recetados por el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).

“Es estar muerta en vida. A mi hija le robaron su voz, su sonrisa, su alegría, su libertad y espero en Dios un día poder volver a verla. No es un animal, es un ser humano”.

En su página de Facebook “Dibanhi DE Coahuila”, la madre lagunera todos los días publica casos de desaparecidos incluyendo el de su hija, así como feminicidios, reflexiones y la palabra de Dios.

No hay marcha a la que no asista y levante la voz, no hay convocatoria de colectivos en la que no participe, no hay entrevista que no dé y nunca ha faltado a una audiencia, así es la “vida” ahora de María Guadalupe Pérez Ayala.

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De acuerdo a la ficha de búsqueda de Jovanna Dibanhi, mide 1.67 metros de estatura, es de complexión delgada, tez morena clara, cabello ondulado color castaño oscuro, ojos medianos color café, boca grande, labios medianos y cejas abundantes.

Como seña particular, tiene un tatuaje en el área de las costillas del lado derecho que dice ´HITZANI MAIALEN´.

Dejó una hija, que en ese entonces tenía cuatro años, quien se la pasa preguntando por ella, de quien también está al pendiente su abuela materna.

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