San Pedro, Coahuila.- Gerardo Perales Rodríguez es la pareja de Nayeli Azucena Díaz López, madre de Milagros Guadalupe ‘N’, conocida como ´Lichita´, quien desapareció la noche del lunes en San Pedro de las Colonias y fue devuelta al día siguiente.
La menor, de tan solo seis años de edad, salió de su casa ubicada en el fraccionamiento Altamira alrededor de las 21:30 horas, y una pareja de motociclistas fue a llevarla 16 horas después.
El ´padrastro´ lamentó que haya sido señalado por participar en ocultarla, sin embargo, aseveró que no tuvo nada que ver.
“Tengo 25 años de edad y mi pareja tiene 27. Tenemos tres meses de relación formal, pero llevamos de conocernos como cuatro años y pese a lo que pasó ella y yo seguimos nuestra relación”.
Ambos viven juntos en la casa de la mamá de él, de donde se extravió la infante.
Según su testimonio, se encontraba en el cuarto cuando un sobrino corrió a pedirle una linterna, pues le avisó que no encontraban a ´Lichita´.
“Pensé que estaban jugando, pues la niña tiene la costumbre de esconderse debajo de la cama”.
“Después me di cuenta que no era un juego, me salí a buscar por todos los rincones, pero no la encontré”.
Manifestó haber sido presionado por policías para que dijera dónde la había ocultado e incluso lo llevaron a la parte trasera de la vivienda en donde cavaron un pozo para ver si la había enterrado.
“No me golpearon, pero sí me insultaron. Yo lo que quiero decir es que no tuve nada que ver”.
“Me dijeron que sembraba mariguana, pero no es cierto, solo fumo”.
Durante la entrevista, Gerardo Perales estaba ingiriendo bebidas alcohólicas y señaló que duró mucho tiempo trabajando en el Pollo Feliz y actualmente se dedica al traslado de material de construcción.
Se ofreció a ir al lugar en donde supuestamente una pareja de motociclistas la había encontrado.
“A la pareja de motociclistas sí los conozco, viven aquí cerca”.
El equipo de El Sol de La Laguna pudo constatar que estaban las llantas en donde se afirmó que se encontraba la menor.
Sin embargo, durante el trayecto, un señor, quien se identificó como Jesús Álvarez González, dedicado al ganado afirmó que las llantas fueron acomodadas.
“Yo vivo aquí cerca y saco todos los días a mis chivas para que coman. Esas llantas llevan mucho tiempo ahí, más de un año, yo creo, pero estaban regadas. El lunes todavía estaban ahí tiradas, el martes ya amanecieron acomodadas. Alguien vino a ponerlas una sobre otra, porque así no estaban”.
