Al medio día del lunes 23 de septiembre, el fuerte olor a humo llamó la atención de la vecina del número 472-B del del conjunto Eglantinas, en Quintas Campestre Los Laureles; al salir a ver de qué se trataba, se percató de que la casa de al lado se empezaba a consumir por las llamas.
Esmeralda González, de inmediato sintió un gran temor y preocupación, no solo por el fuego, que podría propagarse rápidamente hacía su vivienda o las demás, incluso provocar una explosión, sino también porque se percató de que en el interior del 476-A, se encontraban encerrados los tres pequeños niños que ahí habitaban.
“Fue mi hija la que se dio cuenta y fue quien sacó a los niños de la casa; de hecho ella no está aquí porque desde ayer se fue con su suegra, tiene un bebé chiquito, de un mes y olía muy fuerte a quemado, podría afectarles a ella o al bebé por eso se fue con su suegra”, comentó Alicia Gonzalez, madre de Esmeralda, la heroína de esta historia.
A pesar de tener mucho miedo, Esmeralda solo pensaba en poner a salvo a sus pequeños vecinos, estaba desesperada; comenzó a pedir auxilio a los demás vecinos y también le marcó al dueño de la casa, quien es el padrastro de estos tres niños. Uno de los pequeños le pasó el número para que le dieran aviso de que su casa se encontraba en llamas.
“Para esas horas normalmente la gente está metida en sus casa haciendo comida y yo estaba trabajando, pero ella sí estaba aquí y fue la que se dio cuenta que la casa de al lado se estaba quemando y que los niños estaban ahí; me habló por teléfono y le dije que se saliera, que cerrara el gas y saliera de ahí”.
El riesgo de estar solos
El incendio inició en la planta alta de la vivienda, incluso según lo que la vecina comentó que le dijo su hija, quien entró por los menores, fue que no había alcanzado a consumir el fuego la parte baja; sin embargo, los niños estaban encerrados al interior, la puerta tenía una cadena y un candado, por lo que no tenían forma de salir de ahí.
“Los niños ya estaban abajo, se oían gritar y mi hija les decía que se quitaran de la puerta, que se hicieran para atrás para poder tumbarla, porque estaban encerraditos”, dijo Alicia.
La vecina del 472-B, dijo que no era común que estos vecinitos permanecieran solos en casa; la madre no trabaja y comenta Alicia que siempre está con ellos, además de que está embarazada y por ello pasa tiempo en casa.
Sin embargo, otra de las vecinas del lugar comentó que en varias ocasiones, al pasar la niña le preguntaba por su mamá por la ventana de arriba y le decía que no podían salir porque estaba cerrado.
“Siempre los dejaba encerrados, porque yo pasaba para el trabajo y la niña me decía: ¿oye, no has visto a mi mamá? y yo solo le decía: no te salgas, ahorita viene”.
Un atemorizante episodio
Dijo que la versión que se ha escuchado entre los vecinos, fue que al parecer se generó un corto circuito al intentar poner un foco y comenzó el fuego; luego ya salieron los vecinos a ayudar y a tumbar la puerta para sacarlos.
Entre los vecinos se sintió una gran preocupación, sobre todo fue una impresión muy fuerte para Esmeralda, al darse cuenta del riesgo que estaban corriendo los niños; como madre, fue en lo primero que ella pensó, en salvaguardar a los pequeños vecinos quienes ya estaban aterrados y en crisis nerviosa al ver su casa en llamas.
También había preocupación por las casas contiguas, al haber la posibilidad de que el fuego se propagara o que pudiera llegar a algún tanque de gas, que pudiera provocar una explosión de mayores consecuencias.
“Mi hija se soltó gritándole a la gente, avisando y pidiendo auxilio para poder sacar a los niños. estaba en shock también ella, no hallaba ni cómo reaccionar”. La gente del circuito comenzó a salir y a brindar apoyo, pero ella fue quien se metió para sacarlos y salvarlos del peligro.
Mientras los vecinos vigilaban las casas cercanas, esperaban el arribo de los apagafuegos tras el reporte que hicieron.
Del rescate al resguardo
Momentos después, acudieron los elementos del Cuerpo de Bomberos de Torreón; fue justamente Esmeralda quien llamó de inmediato al 911 de emergencias, para solicitar apoyo de las corporaciones correspondientes.
Además de arribar los Bomberos y lograr controlar a tiempo el incendio, la Dirección de Seguridad Pública Municipal informó que la Unidad de Atención a Víctimas de Violencia Familiar y de Género de la dependencia, resguardó a los tres menores de 8, 5 y 3 años de edad, que fueron rescatados del fuego.
Se procedió a verificar su estado de salud, resultando sin lesiones ni complicaciones ante el incidente, aunque sí se encontraban aún aterrados; los tranquilizaron y posteriormente fueron canalizados a la Procuraduría de Niños, Niñas y la Familia (Pronnif) para que se llevara a cabo la investigación correspondiente, al haber encontrado a los menores solos y encerrados.
Las vecinas que los rescataron comentaron que no son menores descuidados o violentados, que acuden a la escuela de manera normal y que no es frecuente que se encuentren solos, únicamente hay ocasiones que la madre sale en momentos y a lugares cercanos.
Comentaron también que los niños fueron entregados a la madre por parte del Pronnif, luego de que ella acudiera a buscarlos a esta instancia gubernamental; por la noche ya se encontraban a su cargo de nueva cuenta.
De vuelta a la normalidad
La familia regresó a su casa el mismo lunes por la noche, la madre ya se encontraba al lado de sus tres hijos y su esposo; cerraron todo y se fueron, probablemente no regresen, dicen los vecinos.
Sin embargo, aunque no se terminó de incendiar toda la casa, sí había pocas condiciones para habitarla; la planta alta se quemó por completo, las ventanas de ambas plantas totalmente quebradas, el marco de la puerta dañado por el forcejeo para derribarla y sacar a los pequeños.
Además, aún había restos de lo que el fuego consumió, gran cantidad de cenizas y pedazos de vidrio en todos lados; el olor a quemado era intenso y todo esto en general, complicó la permanencia de la familia en el lugar del terrible incidente.
Los vecinos desconocen cuándo regresarán, si arreglarán la vivienda o que será de esta familia, que además espera la llegada de un cuarto hijo.