Fallece primera niña indígena por Covid-19; cuidaba chivos

Es un misterio la manera en que se contagió

Noticias de El Sol de La Laguna

  · viernes 10 de julio de 2020

La menor se quejó de dolor de pecho y dificultad para respirar. / Foto: Cortesía

Consecuencia del retraso que sufre la actualización de datos Covid-19 en el país, la muerte de Jhoana, de 12 años, una niña originaria de la región mixteca de Oaxaca aún no se refleja; sin embargo, su historia fue revelada por el doctor que la atendió.

La pequeña Jhoana vivía en la llamada villa de Río Venado, ubicada dentro de la zona triqui oaxaqueña, a solo unos minutos de Putla. Ella se dedicaba a cuidar de chivos en el monte.

Toda su familia vivía en el campo, por ello, es un enigma la manera en que se contagió. Suponen que fue resultado del contacto con el chófer de un colectivo o algún otro pasajero de la ruta Río Venado – Putla.

También, pudo ser a causa de haber “pescado” el virus en una cotidiana jornada de compras en la ciudad, donde los lugareños se abastecen de víveres.

Jhoana perdió al vida el 27 de junio, mismo día en que la familia solicitó a la Fiscalía un médico legista para conocer la causa de su muerte. Al llamado acudió César Madrigal Marín, quien viajó cinco horas desde Huajapan de León a Río Venado acompañado de un químico y un criminólogo.

Al llegar y entrevistarse con el padre, este le dio a conocer que su hija sufrió de dolor de pecho, así como dificultades para respirar, los síntomas más importantes para el diagnóstico de Covid-19.

En un momento determinado, narraron los padres de Jhoana, ella empezó a gritar de desesperación pues se sentía asfixiada, por lo que de inmediato la trasladaron a Putla, donde un médico particular se negó a atenderla porque “la vio muy mal”.

Después, ella se quedó inconsciente y perdió la vida pese al intento por llegar a un hospital.

Madrigal Marín no dudó y determinó que la muerte fue consecuencia de coronavirus; sin embargo, de inmediato, los padres se le “fueron encima” y lo llamaron loco pues “ese virus no existe”.

A pesar de lo anterior, el médico intentó convencer a los padres de ello; no obstante, estos le exigieron que le hiciera una autopsia ahí mismo y, aparentemente, sin alternativa, lo hizo.

Según dio a conocer, realizó una incisión para observar los órganos principales y la familia “se quedara más tranquila, pero no encontré nada que pudiera ir en contra del diagnóstico de Covid”.

Al respecto, añadió: “Son condiciones muy difíciles las que encontramos en comunidades como esa, la gente es hostil, y a veces las autopsias las hacemos en el suelo, sobre tablas o tabiques, fuera de norma”, por lo que exponen a la gente a distintas enfermedades o virus.

Madrigal Marín no tenía dudas de que se trataba de un caso de Covid-19 y todo terminó por confirmarse cuando, tan solo unos días después, él empezó a tener síntomas y fue diagnosticado positivo.

Él asegura que intentó ser cuidadoso, pero en el sitio no había sana distancia ni medidas sanitarias “por la misma incredulidad”; además, estuvo en contacto con la pequeña y la familia.