/ viernes 6 de noviembre de 2020

"No alcanza para comprar para todos", así sobreviven en Chihuahua

Un plato de arroz con tortillas, es lo que llegan a comer al día, cuando "les va bien", comen pizza

Chihuahua.- Fabián y su esposa Ivonne anhelaban tener un espacio propio para sus cuatro hijos, y esto los llevó a buscar un pedazo de tierra; finalmente obtuvieron uno en la Colonia Ampliación las Norias, de la ciudad de Chihuahua, donde el padre de familia, construyó lo que sería su hogar.

Ahora, el jefe de familia se desempeña como cobrador de una empresa de préstamos, y a 15 días de haber sufrido un accidente y lesionarse una de sus piernas, compartió su historia, mientras degustaba con su familia un plato de arroz, un vaso con agua y tortillas, pues era lo único que había.

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Hace 2 meses consiguió un lote en dicha zona al sur de la ciudad, utilizando madera, láminas y algunos otros materiales, fue que construyó un cuarto de al menos 3 por 3 metros, para habitarlo con su familia.

La familia está formada por Fabián Arturo Guzmán Herrera, Ivonne Yaneth Castillo Lerma padre y madre, respectivamente, Nancy de nueve años de edad, Paty con 5, Jesús de 3 e Iveth con dos años.

Inicialmente llegaron al cuartito ubicado en las calles 87 y Arturo Sosa, sólo con una cama, el lava trastes y una parrillita para cocinar, “luego nos regalaron una mesa y varias sillas, así como otra base y colchón, después un amigo les dio un refrigerador medio descompuesto y compramos una pequeña tele de 19 pulgadas”.

Fabián y su mujer Ivonne, nos invitaron a conocer la manera en que viven, mostrándonos los pocos muebles que tienen, y lo que padecen.

La orgullosa madre de familia terminó de hacer el sartén de arroz y sirvió seis platos en la mesa; la familia se sentó a degustar lo que casi a diario comen, pues mencionó que regularmente es arroz, sopa, frijoles y lentejas, y tortillas de maíz. A veces, cenan tortillas que les regalan y con suerte a consiguen una despensa, para toda una semana.

"No siempre nos va mal, cuando le pagan a mi esposo nos trae pizza o un pollo o nos lleva a pasear, pero ahorita que está lesionado, nos la estamos viendo mal”.

La madre de familia contó que la mayor de sus hijos Nancy, cursa el cuarto grado de primaria y es la que más ayuda en casa, " es muy inteligente y ha logrado pasar de año, pero ahora con esto de las clases por televisión, se le dificulta mucho, pues no tenemos control”.

Foto Carlos Villalobos | El Heraldo de Chihuahua

La pareja contó que su mayor anhelo es poder construir una casa digna para sus cuatro hijos, “por lo pronto así la batallamos, pero no nos rajamos” coincidieron con una mirada. Un vehículo del Municipio, entregaba despensas a lo lejos, pero la familia Guzmán no estaba en ésta por lo que decidimos ir hasta ellos y contarles la situación; de inmediato accedieron a dejarles una despensa y fruta, y añadirlos a los programas de asistencia para los menores.

Con una sonrisa en el rostro, Nancy compartió que de grande quiere ser policía y que deseaba tener una tele "más buena para poder estudiar mejor”.

Paty de cinco años, dijo que tiene muchas ganas de comer pollo o pizza y que desea una casita para sus muñecas; ambas hermanitas señalaron que a Jesús de tres años, le gustaban mucho los carritos y las bicicletas y esperan que estos deseos, se cumplan en algún momento.

"No alcanza para comprar para todos"

Su esposo sale todos los días a trabajar con la esperanza de adquirir un poco más de dinero, sin embargo no le alcanza para enfrentar los gastos de su familia, aunando de su enfermedad que requiere de comprar pomadas para estar bien. Así vive diariamente la familia de Martina Reyes, quien narra lo difícil que es poder darles de comer a sus siete hijos.

Desde las 6 de la mañana Martina Reyes quien cuenta con 42 años de edad, comenta que se levanta para hacer curaciones en la piel de su esposo debido a una enfermedad que lo aqueja desde hace dos años, debido a que le salen ronchitas en la piel, y luego alistar su ropa. Después de esto se va a laborar como herrero, en donde a veces hay o no trabajo.

Levanta a sus siete hijos para desayunar antes de comenzar sus labores. “Tomamos un poco de café con un pedazo de tortilla para agarrar fuerzas, a veces a los más chiquitos se les antoja un pan, pero pues no alcanza para comprar para todos”, manifiesta resignada.

Foto El Heraldo de Chihuahua

En su hogar existen carencias, debido a que su esposo gana 800 pesos a la semana, cantidad que se divide entre la leche y los pañales de la más pequeña de sus hijos, además de los gastos de la comida de los demás, transporte y servicios públicos como agua y energía eléctrica.

Al preguntar sobre su alacena, señala una reja, con algunos tomates, cebolla y papa, mismos que explicó tienen que rendir para toda la semana “aquí es raro que variemos el menú del día, casi siempre son los mismos alimentos como tomate, cebolla, papas”.

Sin embargo no cuenta con un refrigerador, por lo que los alimentos los coloca en esa reja, de donde va agarrando por día para preparar el platillo que será repartido entre sus hijos Emily de 6 meses, Mónica de 18 años, Emilio de 7, Yulissa de 9, Esequiel 13, Jacinto 15 y Gustavo de 22 años. Los más grandes ayudan en las tareas del hogar.

De sus siete hijos solo dos de ellos, se encuentran estudiando en el nivel de primaria, debido a que los demás ya no quisieron continuar por las dificultades que tenían para comprar los útiles.

A las 3:00 de la tarde, regresa su esposo Jacinto a la casa, y si logró conseguir algunos pesos, compran, lentejas y maseca para hacer tortillas y agregarle papas. Si alcanza para unos huevos es un lujo, ya que solo se compra cuando hay dinero.

“Cuando mi esposo trae un poco más de dinero, mis niños se ponen muy contentos, tienen deseos de otras comidas como pollo, carne”. Pero estas son palabras mayores ya que no hay, e incluso se les antoja el refresco, ya que siempre beben agua que acarrean de los tinacos, pero cuando no se puede se conforman con lo que les da uno”

En ocasiones los vecinos los apoyan con dinero para que compren la leche de la bebé, al igual que para pañales que es lo que más requiere en la semana.

Foto El Heraldo de Chihuahua

En tanto Gustavo y Yulissa, los dos hermanos que se encuentran estudiando, pasan las horas de la tarde haciendo tareas que les mandan los docentes, pero al no tener acceso al Internet, computadora o teléfono, sus hijos acuden con otros compañeros que tienen teléfonos para que les digan que fue lo que encargo el maestro.

“Ahora con la pandemia, mis hijos se desesperan más, porque no tenemos como estar en contacto con los profesores para que les digan que es de tarea”, pero la buscan con los otros compañeritos.

Por último, al llegar la noche, Martina menciona que la cena consta de un vaso de atole, mismo que prepara solo con agua y maseca. Después se llega el momento de acomodar cada quien su tendido con cobijas, ya que duermen en el piso, en los dos cuartos que tienen, debido a que no tienen camas.

En temporada de invierno dijo que es cuando batallan más, debido a que la vivienda no cuenta con vidrios, solo con una reja que cubre para que no entren los animales.

Cabe citar que Martina y su familia vive en la colonia Federico Piñón una de las colonias de la periferia de esta ciudad.

Con información de Rosy Reyes

Chihuahua.- Fabián y su esposa Ivonne anhelaban tener un espacio propio para sus cuatro hijos, y esto los llevó a buscar un pedazo de tierra; finalmente obtuvieron uno en la Colonia Ampliación las Norias, de la ciudad de Chihuahua, donde el padre de familia, construyó lo que sería su hogar.

Ahora, el jefe de familia se desempeña como cobrador de una empresa de préstamos, y a 15 días de haber sufrido un accidente y lesionarse una de sus piernas, compartió su historia, mientras degustaba con su familia un plato de arroz, un vaso con agua y tortillas, pues era lo único que había.

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Hace 2 meses consiguió un lote en dicha zona al sur de la ciudad, utilizando madera, láminas y algunos otros materiales, fue que construyó un cuarto de al menos 3 por 3 metros, para habitarlo con su familia.

La familia está formada por Fabián Arturo Guzmán Herrera, Ivonne Yaneth Castillo Lerma padre y madre, respectivamente, Nancy de nueve años de edad, Paty con 5, Jesús de 3 e Iveth con dos años.

Inicialmente llegaron al cuartito ubicado en las calles 87 y Arturo Sosa, sólo con una cama, el lava trastes y una parrillita para cocinar, “luego nos regalaron una mesa y varias sillas, así como otra base y colchón, después un amigo les dio un refrigerador medio descompuesto y compramos una pequeña tele de 19 pulgadas”.

Fabián y su mujer Ivonne, nos invitaron a conocer la manera en que viven, mostrándonos los pocos muebles que tienen, y lo que padecen.

La orgullosa madre de familia terminó de hacer el sartén de arroz y sirvió seis platos en la mesa; la familia se sentó a degustar lo que casi a diario comen, pues mencionó que regularmente es arroz, sopa, frijoles y lentejas, y tortillas de maíz. A veces, cenan tortillas que les regalan y con suerte a consiguen una despensa, para toda una semana.

"No siempre nos va mal, cuando le pagan a mi esposo nos trae pizza o un pollo o nos lleva a pasear, pero ahorita que está lesionado, nos la estamos viendo mal”.

La madre de familia contó que la mayor de sus hijos Nancy, cursa el cuarto grado de primaria y es la que más ayuda en casa, " es muy inteligente y ha logrado pasar de año, pero ahora con esto de las clases por televisión, se le dificulta mucho, pues no tenemos control”.

Foto Carlos Villalobos | El Heraldo de Chihuahua

La pareja contó que su mayor anhelo es poder construir una casa digna para sus cuatro hijos, “por lo pronto así la batallamos, pero no nos rajamos” coincidieron con una mirada. Un vehículo del Municipio, entregaba despensas a lo lejos, pero la familia Guzmán no estaba en ésta por lo que decidimos ir hasta ellos y contarles la situación; de inmediato accedieron a dejarles una despensa y fruta, y añadirlos a los programas de asistencia para los menores.

Con una sonrisa en el rostro, Nancy compartió que de grande quiere ser policía y que deseaba tener una tele "más buena para poder estudiar mejor”.

Paty de cinco años, dijo que tiene muchas ganas de comer pollo o pizza y que desea una casita para sus muñecas; ambas hermanitas señalaron que a Jesús de tres años, le gustaban mucho los carritos y las bicicletas y esperan que estos deseos, se cumplan en algún momento.

"No alcanza para comprar para todos"

Su esposo sale todos los días a trabajar con la esperanza de adquirir un poco más de dinero, sin embargo no le alcanza para enfrentar los gastos de su familia, aunando de su enfermedad que requiere de comprar pomadas para estar bien. Así vive diariamente la familia de Martina Reyes, quien narra lo difícil que es poder darles de comer a sus siete hijos.

Desde las 6 de la mañana Martina Reyes quien cuenta con 42 años de edad, comenta que se levanta para hacer curaciones en la piel de su esposo debido a una enfermedad que lo aqueja desde hace dos años, debido a que le salen ronchitas en la piel, y luego alistar su ropa. Después de esto se va a laborar como herrero, en donde a veces hay o no trabajo.

Levanta a sus siete hijos para desayunar antes de comenzar sus labores. “Tomamos un poco de café con un pedazo de tortilla para agarrar fuerzas, a veces a los más chiquitos se les antoja un pan, pero pues no alcanza para comprar para todos”, manifiesta resignada.

Foto El Heraldo de Chihuahua

En su hogar existen carencias, debido a que su esposo gana 800 pesos a la semana, cantidad que se divide entre la leche y los pañales de la más pequeña de sus hijos, además de los gastos de la comida de los demás, transporte y servicios públicos como agua y energía eléctrica.

Al preguntar sobre su alacena, señala una reja, con algunos tomates, cebolla y papa, mismos que explicó tienen que rendir para toda la semana “aquí es raro que variemos el menú del día, casi siempre son los mismos alimentos como tomate, cebolla, papas”.

Sin embargo no cuenta con un refrigerador, por lo que los alimentos los coloca en esa reja, de donde va agarrando por día para preparar el platillo que será repartido entre sus hijos Emily de 6 meses, Mónica de 18 años, Emilio de 7, Yulissa de 9, Esequiel 13, Jacinto 15 y Gustavo de 22 años. Los más grandes ayudan en las tareas del hogar.

De sus siete hijos solo dos de ellos, se encuentran estudiando en el nivel de primaria, debido a que los demás ya no quisieron continuar por las dificultades que tenían para comprar los útiles.

A las 3:00 de la tarde, regresa su esposo Jacinto a la casa, y si logró conseguir algunos pesos, compran, lentejas y maseca para hacer tortillas y agregarle papas. Si alcanza para unos huevos es un lujo, ya que solo se compra cuando hay dinero.

“Cuando mi esposo trae un poco más de dinero, mis niños se ponen muy contentos, tienen deseos de otras comidas como pollo, carne”. Pero estas son palabras mayores ya que no hay, e incluso se les antoja el refresco, ya que siempre beben agua que acarrean de los tinacos, pero cuando no se puede se conforman con lo que les da uno”

En ocasiones los vecinos los apoyan con dinero para que compren la leche de la bebé, al igual que para pañales que es lo que más requiere en la semana.

Foto El Heraldo de Chihuahua

En tanto Gustavo y Yulissa, los dos hermanos que se encuentran estudiando, pasan las horas de la tarde haciendo tareas que les mandan los docentes, pero al no tener acceso al Internet, computadora o teléfono, sus hijos acuden con otros compañeros que tienen teléfonos para que les digan que fue lo que encargo el maestro.

“Ahora con la pandemia, mis hijos se desesperan más, porque no tenemos como estar en contacto con los profesores para que les digan que es de tarea”, pero la buscan con los otros compañeritos.

Por último, al llegar la noche, Martina menciona que la cena consta de un vaso de atole, mismo que prepara solo con agua y maseca. Después se llega el momento de acomodar cada quien su tendido con cobijas, ya que duermen en el piso, en los dos cuartos que tienen, debido a que no tienen camas.

En temporada de invierno dijo que es cuando batallan más, debido a que la vivienda no cuenta con vidrios, solo con una reja que cubre para que no entren los animales.

Cabe citar que Martina y su familia vive en la colonia Federico Piñón una de las colonias de la periferia de esta ciudad.

Con información de Rosy Reyes

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